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SINOPSIS

Valentina es como todas las niñas del mundo. Es muy soñadora y risueña. Cada noche le cuenta a su amiga, la luna, un pedacito de lo distinto que ve, siente y percibe sobre las cosas más cotidianas de la vida. Tiene estereotipias, aplaude y se balancea. No tolera muchas texturas en la piel ni en el paladar. Ella es más sensible a muchos de los ruidos. A Valentina le gustaría que leyeras este cuento en compañía de tus papás y te invita a que sean amigos. Después de todo, a los niños y niñas con autismo también les gusta reír, jugar, bailar y tener muchos amigos, igual que a ti. Las diferencias son divertidas. Nos hacen únicos, todos somos diferentes. Junto con su muñeca, Mona, te invita a conocerla y a compartir con ella sus encuentros con la luna.

DETALLES DEL PRODUCTO

Páginas

Idioma

Fecha de publicación

Autor

Editorial

Dimensiones

48
Español
01 de Septiembre 2023
Leticia Velasco
Felis
22 x 22 x 1 cm

Leticia Velasco

Soy la mamá de Valentina. Puedo decir que estudié Periodismo y Comunicación Colectiva en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, UNAM. Trabajé en varias revistas y periódicos, estuve en radio y otras cosas que hicieron enriquecer mi cariño por la carrera. Pero creo que lo más importante surgió cuando tenía 6 años cuando subía al techo de mi casa. Dibujaba y escribía pequeños cuentos en una libreta. Uno por hoja. Les ponía un signo de pesos y dependiendo el tamaño, el costo en la parte superior derecha de la hoja. Al día siguiente, durante el recreo de la escuela, salía a venderlos en las escaleras a un lado del patio principal de la primaria. Por suerte vendía todos. Así que en las tardes tenía trabajo que hacer en el techo de mi casa. En realidad, ese fue el inicio. Lo demás que sucedió en mi vida escolar y profesional fue una consecuencia de lo que empezó en el techo. Cuando nace Valentina abandono mi trabajo para para poder ayudar a mi hija a salir adelante y mejorar su calidad de vida. No fue un camino fácil. Entre todo lo que pasa una familia con un integrante con autismo o TGD, terapias, días alegres, días fatales, esperanza, desanimo y muchos sentimientos nuevos y mezclados, hay un papel vital que juega la sociedad para hacer mejor este proceso: La concienciación. La empatía. Cuando traté de integrar a mi hija a una escuela primaria, noté que los mismos niños la señalaban, que se alejaban de ella e incluso le aventaban piedras por solo ver a los niños jugar y reír a carcajadas. Como mamá era muy difícil ver esas escenas. Después comencé a acercarme a los niños y les platicaba de Valentina. Me di cuenta de que solo hacía falta poner una semillita para que comprendieran los comportamientos de mi hija. Este cuento es parte de esa semillita. Surge en una de tantas madrugadas cuando era complicado para ella conciliar el sueño y se asomaba a la ventana a buscar la luz de la luna. Esta vez no me subí a la azotea. Me senté en una esquina de la recámara mientras Valentina estaba ahí de pie y comencé a escribir. Alguna vez una psicóloga me dijo que no me preguntara el Por qué me sucedió esto con mi hija, sino Para qué. Sentía el compromiso de hacer algo, de poner esa semillita, y solo uní lo que me ha gustado hacer desde los seis años con lo que me tocó vivir como mamá. Hace tiempo escuché que todo lo que sucede en el universo es perfecto, que todo pasa por una razón…y es probable que sea cierto.

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02/02/2024

Por Leticia Velasco

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